El mejor bocado de pan

Estamos de acuerdo que no hay nada más rico que ir a comprar el pan, y en el camino de vuelta arrancar un trozo crocante y humeante y disfrutarlo en la soleada caminata de regreso a casa.

Si vivís en Zona Norte, cerca de la Estación del tren de la Costa; o querés disfrutar de un almuerzo frugal, un rico café, y llevarte un gran pan a casa, tu visita a La Valiente de San Isidro se vuelve imprescindible para un gran plan.

Claro, porque a la tranquilidad de ese lugar de cálida boiserie blanca, típica de las antiguas casas de ramos generales, y sus espacios verdes para disfrutar de la comida; se suma el aroma a pan recién horneado; los frescos sabores de los platos del menú de estación y un gran café de especialidad para el final de la pasada.

La propuesta nace de la mano de reconocido e incansable trabajador chef Christian Petersen, quien siempre tiene una sonrisa para compartir; junto al experto en panes, Germán Torres.

Cuando se juntaron decidieron fundar las bases de esta confitería y se comprometieron a hacer un pan de calidad que sea alimento. Para ellos debían trabajar para que la harina dejara de ser un producto genérico; y sobre todo, dejar los estrellatos para combinar las trayectorias personales en busca de algo nuevo. El objetivo final: ser una “confitería” moderna.

Un nacimiento con barbijo

Todo comenzó en una charla en bicicleta. Christian lo invitó a Germán a ver un local y fueron pedaleando hasta San Isidro. Era una casona antigua que de afuera podría haber sido una pulpería o un almacén de ramos generales similar al de cualquier pueblo de la Argentina.
Germán se despedía de su célebre y pionero Salvaje Bakery y estaba armando un proyecto personal llamado Delirante enfocado en el centeno. Christian acababa de lanzar un P_Milas, el servicio de milanesas premium a domicilio que se sumaba a sus restaurantes, servicios de catering, actividad en TV y más.

La idea fue armar una nueva panadería que los representara Estaban en plena pandemia pero se arremangaron con la idea iniciar un proyecto. La dupla Christian y Germán, se convirtió en trío con Ezequiel Mendonça Paz, cocinero proveniente de los equipos de Petersen.

Apostar por la comunidad

El plan era reposicionar el concepto del añorado «formato confitería»

Porque para ellos confitería significa: tener clientes de barrio, recibir a todo tipo de público y de todas las edades, no ser un fenómeno de nicho o algo cool, honrar tradiciones sin dejar de innovar y sobre todo producir un pan artesanal, con productos de calidad, un alimento del cual sentirse orgullosos. 

“Acá en La Valiente trabajamos con alta tecnología. Respetando cada tiempo y proceso. Controlando temperaturas constantemente. La idea de esta panadería es tener panes tradicionales, pero con tecnología y creatividad aplicada. Generar también nuevas formas y sabores, tanto de pan como de hojaldres, y buscar lo que nos sorprenda”, cuenta Germán.

«Mi búsqueda personal es que la harina deje de ser un producto genérico de un cereal genérico.  La harina deja de ser un producto genérico de un cereal genérico. ¿Harina de qué? ¿Harina de dónde? ¿Cómo está producida y molida? Aspiro a que se parezca más al vino o al café, algo con origen, con terruño, con mística”. 

Son tres sedes de La Valiente la que funciona en Saavedra (Av. Cabildo 4300); esta de San Isidrio (uan Bautista de LaSalle 433) y una nueva en Nordelta (Av. Agustín M. García 7265. Ruta 27, Rincón de Milberg)

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