El macabro brindis de la confianza

¿Chocar o no chocar las copas al brindar?

En nuestra contemporaneidad, nadie dudó si chocar o no las copas.

Salvo, en los pocos encuentros que se dieron durante la pandemia del COVID 19, donde no debíamos acercarnos menos de dos metros y sólo era viable levantar las copas en señal de brindis. O esos brindis virtuales que se multiplicaban en las pantallas y por zoom.

Sin embargo, la historia del chin chin, es decir: el brindis donde se juntan las dos copas; tiene varias versiones. En la búsqueda de racionalidad y lógica, me quedo con esta que dice que era una prueba de confianza 


Esta versión data de la Edad Media y tiene su correlato en una prueba de confianza….de no ser envenenado. Esto sucedía en las grandes mesas de señoríos, nobles y reyes; donde a las intrigas del poder se asociaba el miedo a ser envenenados por el vecino.

Es así, porque al salpicar el vino en el choque de copas, en esa época eran de metal y podían chocarse bien fuerte, el vino que contenían se salpicaba y se mezclaba entre ambas copas. Si cualquiera de ambas bebidas contenía veneno, este quedaría repartido en ambas copas. Al hacer chin chin, quedaba demostrado que el anfitrión no ofrecía ningún líquido envenenado. A esa propuesta de amistad sin veneno; podemos asociarla también al clásico saludos «salud» en el momento del brindis.

Golpear la copa

Por otro lado, la costumbre de golpearla la copa para llamar la atención durante el brindis, viene de la época romana y griega, donde las bacanales eran tan multitudinarias que para poder llamar la atención de los camareros, los invitados levantaban sus copas en alto y golpeaba una con otra para hacer ruido y poder ser atendidos enseguida.

Para los más románticos

Para los que prefieren historias más bonitas, la de los Vikingos se lleva los laureles romanos.

Las antiguas culturas escandinavas entendían que el acto de beber (vino o más bien cerveza); debía involucrar todos los sentidos. Por eso, chocaban las copas para hacer un sonido y así involucrar no sólo a la vista, al olfato y al gusto, sino también al oído.

Elijas la historia que elijas, en estas fiestas, levantá, chocá, golpeá, gritá y abrazá a quienes estén contigo.

Felicidades

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