La comida no se tira, se transforma y se usa

Descarte de naranjas convertidas en un textil similar al cuero, desperdicios de uva que se resignifican y fibra de naranja que se transforma en un hilo como la seda. Con un 12.5 % de la producción agroalimentaria argentina que se pierde todos los años, ¿hay una oportunidad para aprovechar?

Los porteños tiran mucho

Según un estudio realizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Universidad de Bologna, los consumidores porteños tiran un promedio de 8,4 kg de comida por año en sus hogares (2,9 kg por habitante). En 2016, esto representó un total de 9.500 toneladas de alimentos desperdiciados a nivel urbano. ¿Qué está haciendo Italia, un país a la vanguardia de estos temas, para reducir los desechos alimentarios y darles un nuevo valor?

Entonces cómo hacer para maximizar la utilización de un alimento para lograr beneficios ambientales, sociales, de costos y de producción. En una gran cantidad de países se están implementado diversas acciones para convertir los desperdicios alimentarios en insumos textiles. De acuerdo a cifras del Foro Económico Mundial, la producción de moda está vinculada al 10% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono y es la segunda mayor consumidora de agua a nivel mundial, producto del teñido de las telas  y al cultivo de algodón.

De basura a remeras

Una de las respuestas es transformar los descartes de comida en productos textiles. Esta tendencia presente en otros países, con Italia como gran líder, es un claro ejemplo de que la sustentabilidad requiere de ideas innovadoras.

Algunos ejemplos son el descarte de naranjas convertidas en un textil similar al cuero, desperdicios de uva que se resignifican y fibra de naranja que se transforma en un hilo como la seda. 

Naranjas

En Italia, se produce cada año 1 millón de toneladas de pastazzo, es decir, los descartes de los cítricos que se exprimen en la industria de alimentos y bebidas. Orange Fiber, investigó cómo transformar la parte fibrosa del pastazzo en un hilado similar a la seda. El resultado fue la creación de tejidos de alta calidad para el sector de la moda y el lujo, como automóviles de alta gama.

Ohoskin, trabaja con el descarte de naranjas, entre otras materias primas, para crear un textil similar al cuero, un material elegido por muchas marcas que buscan transmitirle a su consumidor su compromiso con el ambiente.

Uvas

En la región del Piamonte, sucede algo similar, pero se trabaja con fibras provenientes de los descartes de la uva. En este caso, la empresa que lleva adelante esta tarea es Vegea, una startup más avanzada que la mencionada con anterioridad, porque cuenta con más colaboraciones y alianzas.

Café

Camisetas realizadas a partir de residuos de café molido y de botellas plásticas recicladas (granza) son parte del portfolio de la empresa Yingtex, con sede en Taiwán, así como de ECOALF, la firma española de indumentaria. Lograron transformar el café molido usado en las cafeterías y la granza en hilados flexibles y resistentes. De esta forma el hilo obtenido contiene de forma natural todas las propiedades que le da el café, sin tener que recurrir a acabados químicos.

LO MAS VISTO