¿Sabés cuánto dulce de leche comés por año?

Los argentinos comemos 3 kilos de dulce de leche por año

Todos los 11 de octubre el mundo celebra el Día Mundial del Dulce de Leche, una iniciativa del Centro Argentino de Promoción del Dulce y que festeja este dulce nacional también llamado Arequipe (Venezuela, Guatemala y Colombia), Bienmesabe (Panamá), Fanguito (Cuba), Dulce de Cajeta (México), Manjar (Chile), Manjar Blanco (Perú) y Queso de Urrao (Bolivia).

Según las estadísticas más recientes, cada argentino consume más de 3 kg de dulce de leche por año; tres kilos!!!!!.

Así las cosas, el dulce de leche, es el cuarto producto lácteo que más consumen las familias de la Argentina. En los primeros puestos están: encontrar la leche, el queso y el yogurt.

En cuanto a las formas de consumo en el hogar, la principal es untado, durante el desayuno y la merienda, y en menor proporción en preparaciones dulces y postres y a cucharadas.

Como muestran los números, el helado y el alfajor son los que más suman kilos en el consumo del dulce de leche. El sabor en cremas heladas es uno de los preferidos y si de las dos tapas rellenas hablamos, son los que se llevan el podio.

Nos lo comemos todo

Si de consumo interno se trata los números dicen que en el país se producen anualmente 128.000 toneladas de dulce de leche.

De este total, el 90% se utiliza para el consumo local (casi todo);  y el 10% está destinado principalmente para la exportación. Cifra que aumenta año a año.

En 2018 el dulce de leche de la empresa santafecina San Ignacio, que sigue la receta original de 1939, llegó por primera vez a Japón, uno de los mercados más exigente en productos alimenticios. Desde entonces, los envíos al país del sol naciente aumentan. 

Cada argentino consume más de 3 kg de dulce de leche por año; tres kilos!!!!!.


¿Dónde guardar el dulce de leche?

Frente a esta pregunta, Ismael Bracco de Luz Azul asegura que el dulce de leche se guarda en la alacena y no en la heladera. “Es un producto que tiene mucha cantidad de azúcar, lo que hace que tenga poca presión osmótica, es decir, poca agua disponible para que los microorganismos puedan desarrollarse en él, entonces se conserva bien a temperatura ambiente”. 

El dulce de leche de calidad

Un buen dulce de leche debe ser brillante a la vista.

A la hora de evaluar su aspecto visual, desde Luz Azul explican que un buen dulce de leche debe ser brillante a la vista, libre de impurezas, textura fluida y no arenosa y color marrón cobrizo. Para reconocer un dulce de calidad se debe tener en cuenta su permanencia en el paladar ya que un buen dulce de leche debe fundirse bien en la boca, si cuesta disolverlo es porque no es de buena calidad.

Para lograr la consistencia del  Dulce de Leche Clásico el Maestro Dulcero de Milkaut, Daniel Raimondi, analiza el filante, el punto justo de consistencia que se mide con la cuchara y que no debe ser ni muy líquido ni muy sólido… de modo de lograr el punto y el dulzor exacto.  A diferencia del Clásico, el Repostero se caracteriza por ser mucho más concentrado. Y tener un aspecto bastante opaco y con corte. Esta variedad se usa más en pastelería y confitería, y en los hogares funciona para coberturas y rellenos.

La fábrica de lácteos también cuenta con el Dulce de Leche de Campo, creado en base a una antigua receta transmitida de generación en generación en Franck, el pueblo de Milkaut y acaba de lanzar el Dulce de leche con crema, ideal para comer con cuchara, ya que la crema suaviza ese dulzor clásico del Dulce de Leche e invita a seguir comiendo.

El dulce de leche en el Pacto de Cañuelas de 1829

El dulce de leche nació en la vivita de Lavalle a Rosas; día en que la criada de Rosas se dejó la lechada al fuego.

La versión más popular sobre el origen del dulce de leche figura en un documento del Museo Histórico Nacional que señala que la invención del dulce de leche fue en 1829.

Según el relato popular, Juan Manuel de Rosas y su enemigo político Juan Lavalle se encontraban en la estancia que el caudillo tenía en Cañuelas, provincia de Buenos Aires, para firmar el Pacto de Cañuelas. 

La criada de Rosas estaba preparando la lechada (leche con azúcar) con la que Rosas acompañaba el mate cuando de repente llegó el General Lavalle, quien estaba tan cansado que se tiró a dormir una siesta en la hamaca.

Ante esa situación, la criada salió desesperada a buscar a la guardia y olvidó la mezcla cocinándose en la olla. Al volver, se encontró con una sustancia espesa y de color marrón: su sabor agradó a Rosas y se cuenta que compartió el dulce con Lavalle mientras discutían los puntos del pacto.

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